lunes, 7 de abril de 2008

Nuestra Señora de la Preciosa Sangre



EL SIGNIFICADO ESPIRITUAL DEL CUADRO




S. Gaspar nunca habla expresamente del significado espiritual de “ su Madona” ni en las cartas ni en las predicaciones.En los reglamentos de los Misioneros de la Preciosísima Sangre se hace una descripción del cuadro y de su significado en la Praxis del art. 6° de la Regla en los siguientes términos:


“... Es también una costumbre de la Congregación que haya en nuestras iglesias un altar en el que se expone a la veneración de los fieles la imagen de la Bienaventurada Virgen María que lleva en su brazo al Niño Jesús, el cual sostiene en su mano derecha el cáliz de su Preciosísima Sangre en actitud de mostrárselo a la Madre. La misma Bienaventurada Virgen invita a los pecadores a servirse de ese remedio divino, preparado para los hombres con un amor apremiante para borrar sus pecados y revestirlos de virtudes.




El Venerable Fundador ha establecido que nuestros sacerdotes se sirvieran de la misma imagen en las misiones...”.Por lo tanto, según esta explicación el Niño Jesús presenta a su Madre el cáliz de su Sangre y la Madre invita a los pecadores a “servirse de ese remedio divino,” no sólo para purificarse de sus pecados, sino también para revestirse de todas las virtudes. Otra descripción o interpretación interesante del cuadro de la Madona de S. Gaspar se nos ofrece en la deposición de S. Vicente Pallotti (1795-1850) en los procesos canónicos de S. Gaspar. Hablando de la devoción mariana de San Gaspar, a propósito de esta imagen de la Madona de la Preciosísima Sangre Pallotti afirma: “La misma fe activa en la gran Madre de Dios, a ejemplo de los otros santos misioneros, lo ha inducido a establecer en los reglamentos de las santas misiones que en todas las misiones se predicara sobre la Virgen, y se cultivara su devoción incluso mediante la visión de una imagen sagrada y devota de María...



Creo que la imagen aludida puede considerarse como una expresión de la fe del Siervo de Dios en María Santísima y en la virtud infinita de la Preciosísima Sangre de su Divino Hijo Jesús, ya que en el cuadro se ve la imagen de nuestra querida Madre María que tiene a su derecha el Niño Jesús, el cual a través de un cáliz representado en su mano derecha se muestra movido por las plegarias de María a ofrecer su Preciosísima Sangre a su Divino Padre Eterno para obtener la abundancia de las divinas misericordias a favor de nosotros, miserables pecadores...” Por lo tanto, según esta interpretación, el Niño, movido por las plegarias de María , ofrece al Padre eterno su Preciosísima Sangre para obtener la abundancia de las divinas misericordias a favor de los pecadores.


¿Qué decir de estas dos interpretaciones?


Nos parece que no reflejan perfectamente el lenguaje pictórico del cuadro. Éste nos presenta a María Santísima. y a su diestra el Niño Jesús, que ofrece el cáliz de su Sangre. La Virgen sostiene al Niño con su mano izquierda, y con la derecha invita a aceptar el cáliz ofrecido por su Hijo.


¿A quién ofrece Jesús el cáliz?


En el cuadro, tanto los ojos del Niño como los de la Madre se dirigen al observador, desde cualquier lugar que éste mire. De ahí que, en primer lugar no parece que el Niño presente el cáliz de su Sangre a la Madre, como se lee en la Praxis del art. 6° de la Regla de los Misioneros, ni que lo ofrezca al Padre Celestial, como se dice en la interpretación de Pallotti. Por lo tanto, dado que los ojos del Niño y de la Virgen se encuentran directamente con la mirada del observador, y que el Niño le ofrece el cáliz de su Sangre y la Virgen con su mano le invita a aceptarlo, no cabe duda de que el significado fundamental del cuadro es el ofrecimiento del cáliz por parte del Niño a todos los que lo miran, es decir que fijan su mirada de fe en su Sangre, como si repitiera para ellos las palabras de la última cena: “Tomad y bebed todos de él. Éste es el cáliz de mi sangre para la nueva y eterna alianza, derramada por vosotros y por todos en remisión de los pecados.” Ofrecimiento que la Virgen apoya con su mirada amorosa y con el gesto acogedor de su mano derecha.


¿Quién rechazaría un ofrecimiento hecho por un Niño tan tierno e inerme, confirmado por el rostro tan hermoso y dulce de la Madre? “ El significado fundamental del cuadro es el ofrecimiento del cáliz por parte del Niño a todos los que lo miran, es decir que fijan su mirada de fe en su Sangre.”




No hay comentarios: