viernes, 25 de abril de 2008

Informaciones


¡Atención Acólitos y Postulantes!


Recuerden que hoy hay reunion a las 18:30 con los papas a la que ojala no falten pues se traran los temas de la reunion pasado pero esta vez con el sacerdote.

uds recuerden hoy a las 17:00 tenemos reunion de formacion y mañana sabado estar a la 7:15 en el frontis parroquial para ubicarnos en la feria de las pulgas (recuerden llevar ropa hoy).


Que María nuestra madre, la servidora del Señor, nos proteja siempre con su manto de amor fraternal. Amén.


viernes, 18 de abril de 2008

2do Aniversario de la Pascua del Padre Israel de la Fuente Soto C.PP.S. (1942-2006)

Padre Israel de la Fuente Soto, C.PP.S. , fue miembro del Vicariato Chileno de los Misioneros de la Preciosa Sangre, falleció el 18 de Abril de 2006, en San José de la Mariquina, Chile. Sus funerales fueron el dia 20 de Abril en la tarde, en San Gregorio, su ciudad natal. El Padre Israel estaba designado como Vicario de la Parroquia Preciosa Sangre en Valdivia, en donde el dia 19 de Abril, a las 12 horas, se celebraró una Eucaristía, antes del traslado al lugar de su sepultación.


El Padre Israel nació en San Gregorio el 5 de Julio de 1942 y se incorporó al Vicariato Chileno, en Cartaghena, Ohio, Estados Unidos, el 15 de Agosto de 1967, mientras realizaba su periodo de Formación Especial en Burkettsville. Fue ordenado sacerdote el 30 de Diciembre de 1970. Su ministerio de treinta y seis años lo realizó en diversos lugares, como Vicario de la Parroquia San Sebastián, desde 1971 a Mayo de 1974; párroco de la Parroquia Sagrada Familia de Río Negro entre Mayo de 1974 a Abril de 1979; Vicario de la Parroquia San José de Garín en 1980; en 1981 fue nombrado Vicario de la Parroquia Santo Domingo de Guzmán, realizando después un sabático en East Palo Alto, California, Estados Unidos, y luego regresando a Santo Domingo, para retomar sus actividades parroquiales, en donde permaneció hasta 1989.

En 1988 fue desigando Director de Formación y en 1990 fue enviado como Formador a la Misión en Guatemala, en donde sirvió hasta 1994. A inicios de 1994 regresó a Chile, en donde fue operado de cinco bypass al corazón, luego, en Marzo del mismo año asumió como Párroco de la parroquia Preciosa Sangre, Valdivia, cargo que ocupó hasta Diciembre de 2000. Entre Julio de 2000 a Enero de 2001, por motivos de salud, fue enviado a un periodo de descanso y observación médica a la enfermería de la Congregación, en Carthagena, Ohio. Entre Marzo de 2001 a Diciembre de 2004 fue Párroco de la Parroquia San Sebastián de Purranque y entre Marzo de 2004 hasta el día de su fallecimiento, fue Vicario de la Parroquia Preciosa Sangre, en Valdivia. También sirvió en la Congregación como Vice-Director del Vicariato desde 1994 a Marzo del 2000 y como tercer consejero entre Marzo del 2000 a Enero del 2003.

En los días anteriores a su muerte, el Padre Israel estaba realizando un tratamiento médico en San José de Mariquina, cerca de Valdivia. La causa de la muerte fue los efectos de la diabetes detectada y tratada desde hacía años, además de las complicaciones producidas por su condición cardíaca.



El Padre Israel fue para nosotros, los acólitos mas antiguos, un ejemplo, un padre cariñoso y un sacerdote inigualable, con su calma, su paz y su sonrrisa; fue quien a la mayoria nos invito a esta comunidad.
Esperamos que su recuerdo perdure por mucho tiempo en nuestro corazones y en la historia de nuestra Parroquia.


Padre eterno, te damos las gracias por la presencia de tu hijo Israel de la fuente, quien marco mucho nuestras vidas con su ejemplo de vivir como tu quieres, y de hacer su dolor un sacrificio por ti.
María, madre amorosa llena de gracia, ruga por el descanzo eterno del alma del Padre Israel y haz, por tu intersecion, a nosotros humildes servidores. Amén.





miércoles, 9 de abril de 2008


Oración del Acólito


Señor Jesús,
gracias por que te fijaste en mí
y me haz llamado para ser tu servidor
en la liturgia de la Iglesia.


Quiero ser tu amigo,
y entregarme siempre
con alegría y responsabilidad.
Quiero alabarte con mi entrega generosa y fiel.


Enséñame, Señor, a amarte cada día
y a dar testimonio de tu amor.
Ayúdame a ser un buen estudiante,
a ser servicial en la Iglesia,
con mi familiay en todo lugar.


Virgen María,
haz que sea un buen Acólito;
humilde, auténtico y puntual.
Enséñame a rezar
y a parecerme a tu hijo Jesús.


Amén



Los diez mandamientos del Acólito


1.- Es puntual en todos los actos: reuniones y celebraciones litúrgicas.


2.- Se presenta siempre aseado, tanto en la propia persona como en el vestido y en el calzado. Un acólito se lava las manos antes de la celebración, no se presenta al altar despeinado ni sucio.


3.- Es amable y cortés con todos.


4.- Guarda orden riguroso respecto a los objetos del culto.


5.- Observa silencio en el templo. Evita risas y bromas en lugares y momentos de silencio.


6.- Mantiene limpia su alba y la guarda ordenadamente.


7.- No descuida la oración diaria, la Misa Dominical, la Comunión frecuente y el sacramento de la Reconciliación.


8.- Hace bien su trabajo, con atención, concentración y devoción: no curiosea en el templo ni mira hacia los lados; es prudente y cuidadoso con los utensilios; no hace ruido innecesario con vinajeras u otros objetos y está siempre atento a lo que necesita el sacerdote que preside la Eucaristía.


9.- Estudia y conoce la liturgia de la iglesia: sus signos, ritos y significado. Y así se da cuenta de dónde y cuándo lo necesitan.


10.- Es humilde y sobrio y evita toda forma de ostentación.

martes, 8 de abril de 2008

San Gaspar Del Búfalo



GASPAR MELCHOR BALTAZAR DEL BÚFALO QUARTIERONI


Roma - Italia (1786 - 1837)




El 23 de Setiembre de 1781 don Antonio del Búfalo y doña Annunziata Quartieroni, padres de Gaspar, contrajeron matrimonio. Antonio del Búfalo era un hombre que se enojaba con mucha facilidad, había sido ayudante de cocinero en la Casa del Príncipe Altieri. Annunziata Quartieroni, mujer fina y aristócrata, de familia modesta. Luego de su matrimonio la familia Del Búfalo Cuartieroni alquiló una casita en el barrio de San Martino ai Monti, en el Esquilino. La Basílica de Santa María la Mayor Cerca de esta basílica nació San Gaspar el 06 de Enero de 1786. Poco después de nacer San Gaspar, la familia del Búfalo se trasladó al palacio del príncipe don Paluzzo Altieri. La familia Del Búfalo se trasladó a este Palacio con sus dos hijos, Luis y Gaspar. Al año de edad Gaspar enfermó gravemente y a los dos años Gaspar enfermó nuevamente, pero esta vez de los ojos. Frente al palacio Altieri está ubicada la Iglesia de Jesús, y en su interior está el altar de San Francisco Javier , su mamá lo llevo y todos atribuyeron su curación a un milagro. En la Iglesia de Jesús están los altares de San Ignacio de Loyola y el de San Francisco Javier, el más grande misionero.En el colegio Romano, Gaspar estudió durante 6 años, estudios que corresponderían a los últimos años de la secundaria y la universidad.


En la basílica San Juan de Letrán, San Gaspar recibe la tonsura y las cuatro órdenes menores: el sub diaconado el 21 de Febrero de 1807 y el diaconado el 12 de Marzo de 1808. En la Iglesia que queda en la plaza de Montecitorio el 31 de Julio de 1808, San Gaspar es ordenado sacerdote por el Cardenal Despuig. Ésta no fue una ordenación solemnne porque los franceces ocupaban Roma y el Papa Pío VII estaba preso en el Palacio del Quirinal. San Gaspar ofició su primera misa en la Iglesia de San Marcos el 02 de Agosto de 1808. UN JOVEN SACERDOTE CUMPLE CON SU DEBER. En 1808, Roma no era sólo la ciudad de los Monseñores, también era la gran ciudad de los sacerdotes pobres, ciudad adoptiva, pero ciudad de la esperanza y por eso más buscada y quizás más querida. Gaspar acudía a los Hospicios de "Santa Lucia de Ginnesi" y al de "Los cien sacerdotes" cerca del Puente Sixto, al pie de las colinas de Gianicolo, para asisitir a los sacerdotes pobres y enfermos que llegaban a Roma. En la Plaza Montanara, San Gaspar hacia sus prédicas callejeras. En lA Iglesia San Nicola in Carcere, San Gaspar predicó con ocasión de la fiesta de la Preciosísima Sangre el 01 de Julio de 1810. El 12 de Junio de 1810, llegó a la casa del Búfalo una citación del Jefe de la Policía Francesa. El canónigo Gaspar debía presentarse la mañana siguiente a la jefatura de la Policía Francesa para prestar juramento de fidelidad al emperador Napoleón, ante los comisarios encargados. En el palacio Borromeo, San Gaspar la mañana del 13 de Junio 1810, responde ante la autoridad Francesa con dignidad: NO PUEDO, NO DEBO, NO QUIERO.



En 1814, al ser derrotado Napoleón, pudo volver libre el Pontífice a Roma y también el Padre Gaspar volvió a la ciudad eterna, y encontró que por haber estado la ciudad varios años casi sin sacerdotes había muchísimo trabajo que hacer en confesiones y predicaciones y en tratar de instruir a la juventud, y se dedicó a ello con toda su energía y de tiempo completo. Viendo que se necesitaban fervorosos misioneros que predicaran de pueblo en pueblo y de ciudad en ciudad, se propuso fundar una nueva comunidad religiosa: Los Misioneros de la Preciosa Sangre. El Papa lo ayudó y lo animó y así pronto tuvo ya un buen número de misioneros. El quería que las casas de su nueva comunidad se fundaran en los barrios más pobres, más abandonados y más pervertidos de cada ciudad. Y empezó por la ciudad de Nápoles que en ese tiempo era una verdadera guarida de bandidos, donde nadie tenía la vida segura. El propio Sumo Pontífice le recomendó que empezara por Nápoles, pues esa gente necesitaba mucho de la conversión. Y las dificultades que se le presentaban eran extremas. Parecía que Nuestro Señor lo estaba poniendo a prueba, pues apenas solucionaba una dificultad le aparecían varias más. Sin embargo él, con una gran confianza en Dios, logró reunir un buen número de sacerdotes y allá se fue a fundar casas de misiones y obtuvieron grandes conversiones. A sus misioneros les recomendaba que trabajaran fuertemente, y que nunca se dieran por vencidos a pesar de las dificultades y que no dejaran un solo día sin instruirse más y más en nuestra santa religión. El y sus sacerdotes recorrían pueblos y ciudades predicando el Evangelio y la conversión. Aguantaban hambres, fríos, persecuciones y pobreza, pero conseguían un gran número de conversiones, con su predicación, su buen ejemplo y sus sacrificios. Las gentes al verlos tan mortificados y tan instruidos y al oírlos hablar con tanto entusiasmo acerca de la conversión y de la salvación del alma se entusiasmaban y cambiaban de modo de vivir y empezaban a ser mejores. El santo, que terminaba cada misión terriblemente fatigado, les decía a sus amigos: ¿Si es tan bonito trabajar por Nuestro Señor aquí en medio de tantas fatigas, cuánto más será estar junto a El en el cielo donde no hay dolor ni cansancio?. Por todas partes por donde andaba predicando iba propagando la Adoración Nocturna: ese dedicar una noche cada mes para pasar varias horas rezando ante el Santísimo Sacramento. Ya bastante enfermo sufría muchísimo de sed por el calor y por la fiebre, pero hacía el sacrificio de no tomar agua, para obtener con ese sufrimiento la conversión de los pecadores. En invierno el frío lo hacía sufrir muchísimo pero no tenía calefacción, porque el martirio del frío podía convertir pecadores. Murió en Roma en 1836, y fueron tantos los milagros que se obtuvieron por su intercesión, que el Sumo Pontífice lo declaró santo en 1954.

lunes, 7 de abril de 2008

Nuestra Señora de la Preciosa Sangre



EL SIGNIFICADO ESPIRITUAL DEL CUADRO




S. Gaspar nunca habla expresamente del significado espiritual de “ su Madona” ni en las cartas ni en las predicaciones.En los reglamentos de los Misioneros de la Preciosísima Sangre se hace una descripción del cuadro y de su significado en la Praxis del art. 6° de la Regla en los siguientes términos:


“... Es también una costumbre de la Congregación que haya en nuestras iglesias un altar en el que se expone a la veneración de los fieles la imagen de la Bienaventurada Virgen María que lleva en su brazo al Niño Jesús, el cual sostiene en su mano derecha el cáliz de su Preciosísima Sangre en actitud de mostrárselo a la Madre. La misma Bienaventurada Virgen invita a los pecadores a servirse de ese remedio divino, preparado para los hombres con un amor apremiante para borrar sus pecados y revestirlos de virtudes.




El Venerable Fundador ha establecido que nuestros sacerdotes se sirvieran de la misma imagen en las misiones...”.Por lo tanto, según esta explicación el Niño Jesús presenta a su Madre el cáliz de su Sangre y la Madre invita a los pecadores a “servirse de ese remedio divino,” no sólo para purificarse de sus pecados, sino también para revestirse de todas las virtudes. Otra descripción o interpretación interesante del cuadro de la Madona de S. Gaspar se nos ofrece en la deposición de S. Vicente Pallotti (1795-1850) en los procesos canónicos de S. Gaspar. Hablando de la devoción mariana de San Gaspar, a propósito de esta imagen de la Madona de la Preciosísima Sangre Pallotti afirma: “La misma fe activa en la gran Madre de Dios, a ejemplo de los otros santos misioneros, lo ha inducido a establecer en los reglamentos de las santas misiones que en todas las misiones se predicara sobre la Virgen, y se cultivara su devoción incluso mediante la visión de una imagen sagrada y devota de María...



Creo que la imagen aludida puede considerarse como una expresión de la fe del Siervo de Dios en María Santísima y en la virtud infinita de la Preciosísima Sangre de su Divino Hijo Jesús, ya que en el cuadro se ve la imagen de nuestra querida Madre María que tiene a su derecha el Niño Jesús, el cual a través de un cáliz representado en su mano derecha se muestra movido por las plegarias de María a ofrecer su Preciosísima Sangre a su Divino Padre Eterno para obtener la abundancia de las divinas misericordias a favor de nosotros, miserables pecadores...” Por lo tanto, según esta interpretación, el Niño, movido por las plegarias de María , ofrece al Padre eterno su Preciosísima Sangre para obtener la abundancia de las divinas misericordias a favor de los pecadores.


¿Qué decir de estas dos interpretaciones?


Nos parece que no reflejan perfectamente el lenguaje pictórico del cuadro. Éste nos presenta a María Santísima. y a su diestra el Niño Jesús, que ofrece el cáliz de su Sangre. La Virgen sostiene al Niño con su mano izquierda, y con la derecha invita a aceptar el cáliz ofrecido por su Hijo.


¿A quién ofrece Jesús el cáliz?


En el cuadro, tanto los ojos del Niño como los de la Madre se dirigen al observador, desde cualquier lugar que éste mire. De ahí que, en primer lugar no parece que el Niño presente el cáliz de su Sangre a la Madre, como se lee en la Praxis del art. 6° de la Regla de los Misioneros, ni que lo ofrezca al Padre Celestial, como se dice en la interpretación de Pallotti. Por lo tanto, dado que los ojos del Niño y de la Virgen se encuentran directamente con la mirada del observador, y que el Niño le ofrece el cáliz de su Sangre y la Virgen con su mano le invita a aceptarlo, no cabe duda de que el significado fundamental del cuadro es el ofrecimiento del cáliz por parte del Niño a todos los que lo miran, es decir que fijan su mirada de fe en su Sangre, como si repitiera para ellos las palabras de la última cena: “Tomad y bebed todos de él. Éste es el cáliz de mi sangre para la nueva y eterna alianza, derramada por vosotros y por todos en remisión de los pecados.” Ofrecimiento que la Virgen apoya con su mirada amorosa y con el gesto acogedor de su mano derecha.


¿Quién rechazaría un ofrecimiento hecho por un Niño tan tierno e inerme, confirmado por el rostro tan hermoso y dulce de la Madre? “ El significado fundamental del cuadro es el ofrecimiento del cáliz por parte del Niño a todos los que lo miran, es decir que fijan su mirada de fe en su Sangre.”




domingo, 6 de abril de 2008

"San Tarsicio"



San Tarsicio, Santo patrono de los Acólitos


Se le conoce también como el mártir de la Eucaristía. Durante el periodo de del emperador Valeriano, los cristianos para poder celebrar sus cultos se veían obligados a esconderse en las catacumbas o cementerios romanos.

En una de esas tantas celebraciones el pequeño Tarsicio había presenciado la ejecución del mismo Papa por soldados romanos mientras celebraba la Eucaristía en una de estas catacumbas. La imagen macabra quedó grabada fuertemente en su alma de niño y se decidió a seguir la suerte de los mayores cuando le tocase la hora, que ojalá decía él fuera ahora mismo.

Un día estaban celebrando la Eucaristía en las catacumbas de San Calixto. El Papa Sixto recuerda a los otros encarcelados que no tienen sacerdotes y que por lo mismo no pueden recibir el cuerpo del Señor. Pero ¿quién será esa alma generosa que se ofrezca para llevarles el cuerpo del Señor? Son montones las manos que se alargan. Todos están dispuestos a morir por Jesucristo y por sus hermanos. Uno de estos es Tarsicio, lleno de emoción el anciano Sixto, exclama: “¿Tú también Hijo mío?”-“¿Y por que no, Padre?” Nadie sospechara de mis pocos años. Ante tan intrépida fe el anciano no duda. Toma con manos temblorosas las Sagradas formas y en un replicario las coloca con gran devoción a la vez que entrega al pequeño Tarsicio, de apenas 11 años, con esta recomendación: “Cuídalas bien, hijo mío” – “Descuide, Padre, que antes pasaran por mi cadáver que nadie ose tocarlas”.


Sale fervoroso de las catacumbas y poco después se encuentra con unos niños de su edad que estaban jugando. Al ver a Tarsicio que iba muy deprisa mientras apretaba las manos con fervor sobre su pecho uno de ellos exclama: -“A ver, a ver que llevas ahí escondido”, e intentan verlo. Lo derriban a tierra, le dan de golpes, derrama sangre. Todo inútil. Ellos no salen con la suya. Tarsicio por nada del mundo permiten que le roben aquellos misterios a los que ama más que a si mismo. Al momento pasa por allí Cuadrado, un fornido soldado que esta en el periodo de catecumenado y conoce a Tarsicio. Huyen corriendo los niños mientras Tarsicio, llevado a hombros por Cuadrado, llega hasta las catacumbas de San Calixto, en la Vía Appia. Al llegar, ya era cadáver. Desde entonces el frío mármol guarda aquellas sagradas reliquias.


Sobre su tumba escribió el Papa San Dámaso este hermoso epitafio: "Lector que lees estas líneas: te conviene recordar que el mérito de Tarcisio es muy parecido al del diácono San Esteban, a ellos los dos quiere honrar este epitafio. San Esteban fue muerto bajo una tempestad de pedradas por los enemigos de Cristo, a los cuales exhortaba a volverse mejores. Tarsicio, mientras lleva el sacramento de Cristo fue sorprendido por unos impíos que trataron de arrebatarle su tesoro para profanarlo. Prefirió morir y ser martirizado, antes que entregar a los perros rabiosos la Eucaristía que contiene la Carne Divina de Cristo".


sábado, 5 de abril de 2008

"El Acólito"



El Acólito es servidor y testigo de Jesucristo


“El acólito es destinado al servicio del altar y ayuda del sacerdote y del diacono”, dice la introducción General del Misal (N°65). La palabra clave en esta es la palabra SERVICIO.

Ser acólito es hacer un servicio importante a la comunidad cristiana. Ser acólito nos acerca más a Jesús y nos hace vivir más su amistad. Ser acólito nos enseña a vivir como cristianos. Ser acólito, desde luego, vale la pena.

Ser acólito no es una cosa cualquiera. Nosotros, los cristianos, nos reunimos todos los domingos para celebrar la eucaristía, la misa, que es el momento principal de nuestra fe. Y el acólito es aquel que ayuda a que la misa del domingo se celebre mejor, que todo esté a punto, que todos los asistentes puedan rezar y celebrar como es debido. Además de la misa del domingo, hay también otras celebraciones cristianas, como la misa diaria, o los demás sacramentos, u otros momentos de reunión de la comunidad. El acólito, si se lo piden, ayuda también a estas celebraciones, para un mejor servicio a los que participan en ellas.


están también, de un modo especial, los grandes días de fiesta: la Semana Santa y la Pascua, la Navidad, la fiesta mayor... En esos días, más que nunca, el acólito debe procurar con todo su esfuerzo y sus capacidades que las celebraciones tengan la solemnidad que les corresponde, y todo esté mejor preparado que nunca.Ser acólito no es una cosa cualquiera. Porque con nuestra actuación, servimos y ayudamos a toda la comunidad de los cristianos. Como también la ayudan los que realizan otras tareas o ministerios: los lectores, los responsables de los cantos, etc. Y lo hacemos muy cerca de Jesús, muy cerca de la Palabra y de la Eucaristía que él nos dejó. Y así aprendemos, día tras día, a ser más amigos de él, más cristianos.


Ser acólito no es una cosa cualquiera. ¡Ser acólito es algo muy importante!Por ello, vale la pena que te prepares bien, que lo hagas lo mejor de que seas capaz, que quieras ser un buen modelo para todos los que te vean, que ames cada día más a Jesús y cada día más a toda la gente que tienes a tu alrededor.



Para ser un buen acólito...




  • Es importante que conozcas bien lo que es la misa y el sentido que tiene, así como también los demás sacramentos y celebraciones cristianas. Escucha atentamente todo lo que el sacerdote y los demás responsables te expliquen.



  • Y es importante, también, que conozcas y sepas todo lo que tienes que hacer en la misa y cuándo tienes que hacerlo. Si algo no lo has entendido bien, no dudes en preguntarlo.



  • Cuando estés en el altar, permanece siempre muy atento. Piensa que estás ante Jesús, y piensa también que estás delante de la gente. Si no estás atento, no harás bien lo que tienes que hacer, y encima distraerás a los demás.



  • Sé buen compañero de los demás acólitos, y haz lo que te digan tanto el sacerdote como los demás responsables de la iglesia, para que haya buen clima entre todos y todo funcione correctamente.



  • Sé siempre puntual, tanto para llegar a la hora convenida antes de la misa o de las demás celebraciones, como en los días en que debáis reuniros para ensayar o para cualquier otra actividad.



  • Recuerda que la gente sabe que eres acólito y que ayudas en la celebración de la misa. Lo que significa que deberías ser un poco como un modelo para todos: sé siempre, en la calle, en casa, en la escuela, una chico o una chica servicial, alegre, con ganas de ayudar a todos del mismo modo que ayudas al sacerdote en la misa.



  • En definitiva, procura ser un buen cristiano, amando a Jesús y amando a los demás como él nos enseñó.